jueves, 19 de noviembre de 2009

¿Realmente valió la pena? Historia de una gesta

Es la pregunta que me hago a estas alturas.

Sí, sé que fui el miembro menos activo de este blog, cosa que Vinny me echaba en cara de modo poco encomiástico. Lo cual a su vez, la mayor parte del tiempo me la chupaba (y me la sigue chupando). Pero no podía ser indiferente al curso que ha seguido esta lucha de resistencia contra el reggeton.

2005-2006: La lucha era encarnizada. El internet era todo un campo de batalla y la consigna era única: ACABAR EL REGGETON. Algo tardío sin embargo. ¿Porqué esperamos como 4 años para pronunciarnos sobre esta mierda? ¿Porque el Chombo no era conocido lo suficiente, y sus cuentos de la cripta daban más risa que arcadas de hiel? Esa es, a un mismo tiempo, mi crítica y análisis de esta etapa de la lucha contra el reggeton.

Pero ya estaba echada la semilla. No había vuelta que darle. Nuestra lucha había comenzado.

¿Quiénes éramos? Éste era, a una vez, nuestra fuerza y nuestra debilidad: rockeros mayormente, metaleros los más acérrimos, algunos punkekes e infinidad de no etiquetados. Todos ellos sin embargo, unidos bajo un denominador común: luchar contra el reggeton.


2007-2008: SPARTAAANSSS!!! TONIGHT WE'LL DINE IN THE HELL!!! La lucha tomaba tintes épicos. Al carajo esas diferencias, el objetivo era acabar con la peste venida de Puerto Rico (con el perdón de la patria de Héctor Lavoe). ¿Cómo acabarla? Se proponían dos vertientes: o enfrentar físicamente a esos mutantes indignos de la condición humana (algo poco inteligente y con resultados cuestionables); o sino, crear una consciencia antireggeton. Eso incluía denunciar lo malo de ese género (que es como decir casi todo) y ensalzar a los géneros históricos de la música: el rock principalmente. Y de éste género, el metal.

Y así fue que en el 2008 se gestó algo lamentable en nuestro seno: empezamos a llenarnos de posers metaleros. Me invade la verguenza ajena, pero es que con decir que se odiaba al reggeton, ya uno podía proclamarse metalero. ¿Porqué? Porque se pensó que antireggeton = metalero. Afirmación por demás gratuita y no siempre verdadera. Y junto con ello, surgió un distractor en nuestra lucha: los emo. Paso de comentar de ellos, baste con decir que me despiertan el mismo interés que una cucaracha a 25 kilómetros de distancia. Ahora no sólo era ser antireggeton, sino ser antiemo.

Ahhh y no faltaban las putadillas desde el frente. Otro rival que se perfilaba, era la cumbia. Cuan beneficioso fue para estos desconocidos, la muerte de Johny Orozco. Su necrófilo ascenso, terminó desplazando a los engendros copistas del hip hop del imaginario popular. Ni vuelta que darle.

2009: No, no hay 2010. No porque falte alguna fecha, sino porque, como ya se habrán dado cuenta, hasta aquí llega ésta puta década. Y parece que con ella, el reggeton; y por ende, nuestra lucha. Sí señores, parece ser el fin. Y lo peor es que parece que aunque el reggeton se sume en una agonía ya anunciada... la mierda va a seguir imperando en el mundo.

Ahora mayormente la gente opta por la indiferencia. Es resultado en parte de la consciencia antireggeton, que expuso sus grandes defectos al mundo. También del hecho que por su propio peso, semejante mamarracho se fue desplomando. Sí, esa es la verdad reggetoneros. En la nueva década, no tienen cabida. Ni con sus haters y trolls, van a cambiar lo irremediable: que vuestra pestilencia va llegando a su fin.

He aquí la pregunta del millón ¿Ha valido la pena toda esta lucha? Yo diría que sí, en la medida en que hemos opacado y finalmente minimizado su influencia nefasta. Ello también pudo deberse al tiempo, pero era natural que alguien se pronunciara ante un muestrario tan grosero de decadencia.

El 2010 nos espera. La nueva década se anuncia y nuevos retos, nuevas cosas, nos darán gozo y nos joderán al mismo tiempo. Pero de algo estoy seguro, el reggeton nunca nos volverá a quitar el sueño.